🎧 Inspiración inesperada
Hoy por la mañana escuché un podcast donde el invitado relataba cómo la pérdida de su mascota lo llevó a emprender. Pero este capítulo no es sobre negocios: es sobre cómo nuestras mascotas se convierten en miembros irremplazables de la familia… y cómo su partida nos transforma.
A lo largo de mi vida he tenido varias mascotas y cada una tuvo su manera propia de llegar y de partir.
🐱 Panchito: El primer susto que se volvió amor
Cuando era una niña de 7 u 8 años de edad, él se llamaba “Panchito”, era un gatito naranja, hermoso, mi papá lo había traído, llegó en una noche, yo ya estaba dormida y obviamente no sabía, me desperté en la madrugada, vi una sombra que se movió, grité del susto, vinieron mis papás, prendieron la luz y vimos que él, “Panchito”, luego me encariñé con él, no recuerdo cuánto tiempo estuvo con nosotros, un día desapareció, no volví a verlo, después mi mamá me dijo que lo había atropellado un carro.
Yo culpaba a mi mamá por lo ocurrido, porque yo creía que ella le había abierto la puerta para que salga, a la final no sé qué mismo sucedió.
🐶 Princesa: Regalo de despedida
Cuando yo tenía 14 años, cuando terminé el ciclo básico del Colegio, me despedí de mis amigas ya que tenía que cambiar de Colegio para el ciclo diversificado, por la especialización que iba a seguir y porque nos cambiamos de casa, una de ellas me regaló una perrita de nombre: “Princesa”, era negra con blanco, como entenderán, ella tenía un gran valor sentimental para mí. Un día, en la casa que vivíamos, a los perritos de los dueños de casa les dio un virus y obviamente contagiaron a mi “Princesa”, ellos contaban con los recursos económicos para llevarlos al Veterinario, mi “Princesa” no contaba con tal privilegio, no sobrevivió, la enterramos en el patio de la casa, yo no podía parar de llorar, pero mis papás estuvieron allí para consolarme.
🐕 Sandy y Bianca: Madre e hija, separadas por la tragedia
No recuerdo que edad tenía, pero ya estaba en mi etapa adulta temprana, una tía nos regaló una perrita, de nombre “Sandy” y a su mamá, de nombre “Bianca”, “Bianca” era una perrita mezcla de Husky con Pastor Alemán, tenía un ojo celeste y otro café, pero ella fue la primera en irse, tenía un problema de cataratas en los ojos, ya estaba un poco ciega, un día se salió, un carro la atropelló, ella avanzó a regresar de media calle y murió en la entrada de la casa.
Un tiempo después, no recuerdo cuánto exactamente, “Sandy” también se salió, igualmente la atropellaron, el golpe fue en la cadera, al parecer la quebró, la llevamos al Veterinario y dijo que podíamos salvarla con una operación, pero no contábamos con los recursos económicos, entonces, se optó por aplicarle la eutanasia; la más afectada por esta pérdida fue mi hermana.
❄️ Copito: La tristeza que no se pudo curar
Un día le regalaron a mi papá un perro Samoyedo, blanco como la nieve, el motivo del “regalo”, fue que la dueña salió del país, pero al parecer el perrito ya tenía problemas del corazón, mi hermana le puso de nombre “Copito”, porque parecía un copito de nieve, mi papá lo curó, porque, al parecer, se lastimó por escapar o por seguir a su dueña. Poco tiempo después, literalmente, poco tiempo después, el perrito falleció de un paro cardíaco, creemos que fue por la tristeza, él extrañaba a su dueña; igualmente mi hermana fue la que más sufrió esta pérdida.
📚 El gato sabio y su hijo adoptivo
Recuerdo que nos regalaron un gato hermoso, jaspeado, no recuerdo qué nombre le pusimos, decíamos que él era muy inteligente porque le gustaba acostarse encima de los periódicos que leía mi papá y de los libros que estudiaban mis hermanos, no recuerdo cuánto tiempo estuvo con nosotros, pero un día nos trajo un gatito amarillo con blanco, este gatito se quedó con nosotros, pero el gatito jaspeado se fue y nunca más volvió.
El gatito amarillo con blanco estuvo muchos años con nosotros, pero tenía un tipo de mal formación, tenía su columna vertebral mal formada y se quedó pequeñito, no crecía, falleció ya de viejito, yo estaba en mi trabajo y al regresar no lo vi, le pregunté a mi mamá y ella nos dijo que al parecer le había dado un infarto, solo había emitido un quejido y había caído. Durante un buen tiempo lo extrañaba mucho, se sentía su ausencia.
El gatito amarillo con blanco, que tampoco tuvo nombre, estuvo muchos años con nosotros, pero tenía un tipo de malformación en su columna y se quedó pequeñito, no crecía, falleció ya de viejito, yo estaba en mi trabajo y al regresar no lo vi, le pregunté a mi mamá y ella nos dijo que al parecer le había dado un infarto, solo había emitido un quejido y había caído. Durante un buen tiempo lo extrañaba mucho, se sentía su ausencia.
🦸♂️ Jorel: El protector gordito
Nos regalaron un perrito, mezcla de Schnauzer, le pusimos de nombre: “Jorel”, en honor al papá de Superman (Jor-El), le gustaba comer papas, pan, arroz, sopa y por ello se hizo gordito, literal, no era por su pelaje, estuvo bastantes años con nosotros, hasta que vinieron a vivir la hija del dueño de casa con su familia y sus perros, el esposo nos hizo problema por mi perro y nos tocó tenerlo amarrado, al parecer esto le afectó, tanto así que le cayó una enfermedad en la piel, al parecer sarna, se rascaba mucho, fue perdiendo su pelaje, hasta el punto que se le notaba la piel lastimada; mi papá consultó con un vecino Veterinario y él dijo que teníamos que sacrificarlo, porque podía llegar a contagiarnos a nosotros.
Cuando vino el Veterinario a la casa, no quise salir, permanecí encerrada en mi cuarto y todo vi desde la ventana, vi cómo le inyectó, y como “Jorel” se quejó y enseguida murió; no recuerdo si me di el tiempo de despedirme, solo recuerdo que lloraba desde la ventana de mi cuarto. En los siguientes días pasaba deprimida, no tenía ganas de nada, pero al final pude superarlo.
🐾 Un amor inesperado entre especie y especie
Ahora recuerdo que mi gatito amarillo con blanco fue como papá para mi “Jorel”, dormían juntitos en la casita, después Jorel creció y él servía de cama para mi gatito, lo que no recuerdo quién se fue primero. Pero la partida de ambos me afectó mucho.
🐈 Tito: La gatita que creció en mis brazos
Antes de tenerle a mi hijo, tuvimos una gatita, la cual nos regalaron, pedimos un gato y por eso de nombre le pusimos “Tito”, después no dimos cuenta que era gata, tuvo algunos partos, los cachorros eran hermosos, uno mejor que otro, a todos los regalábamos; ella era mi consentida, pasaba en mis brazos.
Como un año después nació mi hijo y cuando él tenía como unos 6 meses, con mi hermano, decidimos esterilizarla, mediante una operación, tuvo su tiempo de convalecencia, después tenía sus temporadas de celo, pero eran bien seguidas, estuvo unas 2 o 3 semanas con nosotros, hasta que un día desapareció y nunca más volvió.
🐈⬛ Negrita: La lealtad que trascendió 18 años
Después un vecino le regaló a mi hermana, una gatita negra, le pusimos de nombre “Negra”, el motivo del regalo fue porque a su esposa no le gustaban los gatos negros, decía que le daban mala suerte. Mi Negrita estuvo con nosotros la misma edad de mi hijo, es decir, 18 años, era muy leal. Un día, se fue para la casa de al lado, lo cual fue muy raro, ya que, como estaba viejita, ya no le gustaba caminar, pasaba acostaba, no le gustaba moverse mucho; pasaron unos 3 días que no venía solo se acercaba un poco, pero era como que no podía venir, una noche mi cuñado la encontró, unos perros la estaban casando, la lastimaron tanto que no pudo sobrevivir, estaba muy golpeada, no podía moverse, yo la vi irse, solo dio sus últimos respiros y murió en mis brazos.
Con mi papá la enterramos, yo la tenía en mis brazos mientras mi papá termine de cavar para enterrarla; mientras la veía irse, lloraba, pero desde mi corazón le agradecí, le agradecí por haber llegado a mi vida, por haber cumplido su propósito, cualquiera que éste haya sido, le agradecí por su sacrificio, ya que si ella se iba era para que venga algo mejor.
🐺 Dastan: El guerrero sedoso
Cuando le teníamos a mi Negrita, mi hermano se compró un perro Husky, que en realidad no había sido Husky puro, era mezcla de Husky con Malamute, mi hermano le puso de nombre “Dastan” como el protagonista del video juego “El Principe de Persia”, se hizo un perro grande, hermoso, acariciar sus orejas era super desestresante porque parecía que tocábamos seda, de igual manera al tocar su melena de lobo.
“Dastan” estuvo 9 años con nosotros, un día tuvimos que operarle de sus testículos, tuvo su tiempo de convalecencia; yo sentía en mi corazón que ese era el principio del fin, creo que pasó como un año, y finalmente llegó el día de su partida, ese día había estado jugando con el perro de mi hermana, solo había emitido un quejido y se desplomó, mis hermanos llamaron a la Veterinaria y ella solo llegó para confirmarnos su partida, dijo que por la manera que falleció y por cómo lo encontró, el motivo, al parecer, fue un derrame cerebral; esta pérdida les afectó mucho a mi hijo y a mi hermano menor, creo que a mí no me afectó tanto porque ya con tantas pérdidas, ya estaba más preparada, recuerdo que yo en varias ocasiones les decía a mis hermanos que estén preparados, que tarde o temprano iba a llegar el día de su partida.
“Dastan” se fue antes que mi “Negrita”, pasaron creo que unos 7 u 8 años y ella se fue.
🕊️ Lo que me enseñaron
- Las mascotas se convierten en miembros irremplazables.
- Llegan con propósito, amor y misión.
- Su partida deja un vacío que nos marca, aunque nunca estemos listos.
La mejor forma de honrarlos es vivir cada momento con ellos plenamente, antes de que se vayan. Mimarlos, cuidarlos, agradecerles.

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Juntos podemos crear un espacio de empatía, memoria y cariño. 🐾💌